Esta mañana he estado en las instalaciones de IAAS asistiendo a la presentación Lyntia sobre su tecnología de la fibra óptica Hollow-Core. Han querido mostrarlo en vivo transmitiendo datos a de un datacenter a otro datacenter en la zona del Silicon Alley madrileño. Han colaborado varias empresas, entre ellas Nokia, Digital Realty y OFS Labs (anteriormente Lucent + Bell Labs).
La idea básica de este avance es algo que cualquiera puede entender. La velocidad de la luz en el vacío es de 300.000 km/s, pero esa misma luz viajando por la fibra óptica lo hace a tan solo 204.218 km/s, debido al índice de refracción del medio (algo similar sucede cuando viaja por el aire o el agua). Si se pudiera fabricar una fibra óptica con núcleo al vacío, la velocidad podría ser la máxima que permiten las leyes de la Física. Pues, dicho y hecho: la fibra Hollow-Core (Núcleo hueco o «al vacío») es justamente eso.
La diferencia no es baladí: un índice de refractividad de 1,005 (casi 1) proporciona un 30% más de velocidad para los fotones que viajan por allí, a 298.301 km/s (frente a los 299.972 km/s del vacío). Eso aumenta la velocidad hasta un 46% respecto a los 200.000 km/s de la fibra óptica tradicional y, lo más importante, reduce la latencia un 31%.
Que la fibra sea más rápida no significa una gran ventaja en cuando a su capacidad (se podrían multiplexar más canales o añadir más fibras que hicieran el mismo trayecto; el récord actual son 23 petabits por segundo). Pero en la Hollow-Core su retardo (latencia) es mucho menor, ganándose unos 1,5 microsegundos por km. En algunas aplicaciones que necesitan acercarse al «tiempo real» todo lo posible, como el Trading de Alta Frecuencia (HFT), las comunicaciones entre vehículos, IA, edge computing y otras versiones de computación en la nube, esto resulta crítico.
Para entenderlo en palabras llanas, es como si un broker de banca pudiera lanzar órdenes de compra o venta recibiendo la información 0,0001 segundos antes que otros brokers de otros bancos. Se llevaría el gato al agua.
Una demostración de alta tecnología como de «andar por casa»
La demostración ha tenido lugar en las instalaciones que tienen en Madrid Lyntia y Digital Realty, ambas en el distrito de San Blas. Para ello se tendió un cable de fibra Hollow-Core directo de 1,4 km bajo tierra (que se instaló en una noche) y para las pruebas se tomaban los datos del trayecto ida-y-vuelta. Una de las ventajas de este tipo de fibra es que no necesita «cajas de empalme» intermedias a menos que haya de recorrer enormes distancias.
Externamente esta nueva fibra es como la tradicional, un fino cable de unos 9,9 mm. Pero internamente su núcleo central está hueco y rodeado de capas flexibles de varios microtubos adicionales y materiales aislantes y absorbentes, formando algo así como las celdas de un panal. La fibra se puede empalmar cuando es necesario y conectar a equipos con DWDM (multiplexadores) con lambdas (longitudes de ondas) normales.
La demostración se hizo con un Hollow-Core a 600 Gbps además de los canales auxiliares, comparándolos con otro cable tradicional en el mismo recorrido. Con un equipo de medición y un analizador de red se podían ver las señales digitales ir y venir, así como sus retardos. Mientras que la fibra normal mostraba un retardo de unos 13,5 microsegundos la Hollow-Core tan solo tenía 9,2 microsegundos, prácticamente el tiempo teórico que tardan los fotones en recorrer esa distancia.
Los fabricantes de esta nueva tecnología –que no es algo futurible sino que ya se puede contratar, aunque ya avisan de que resulta más cara que la tradicional– están seguros de que supondrá un avance importante y cambios en muchos sectores que necesitan la mínima latencia. Y, aunque alguien ya lo esté pensando, no es solo para jugar mejor al Call of Duty, sino sobre todo ayudar en tareas mucho más importantes y relevantes para un gran número de sectores que dependen de esta tecnología.
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