Una idea diferente sobre cómo podrían ser las interfaces del futuro: un suelo con sensores de presión que calcula la posición y pose de los usuarios dentro de una habitación. Se llama GravitySpace y lo han desarrollado en el Laboratorio de Interacción Humana-Ordenador del Instituto Hasso Plattner de Alemania. Aquí se puede ver cómo funciona:
El suelo es como una gran pantalla de cristal multitáctil en la que los sensores recogen en qué lugares están situados los objetos sobre el suelo y con cuánta presión. El trabajo complicado parece más del software, que debe decidir qué está sucediendo en el escenario real a partir de modelos 3-D de seres humanos y objetos como mesas, sillas o una pelota. Primero los identifica por su textura y entonces aplica «cinemática inversa» para situarlos correctamente.
El efecto final es realmente curioso: es como un espejo pero con un lag o retardo proporcoional a lo que el software tarda en calcular los objetos de la escena y enviarlos a las pantallas; por otro lado el uso de imágenes 3-D recuerda un poco al mundo de los Sims pero dado la vuelta. Y como podría preguntarse Alicia ¿Qué pensarán los muñecos «del otro lado» sobre lo que está sucediendo a este lado del espejo?