Por Nacho Palou — 23 de mayo de 2016

El software desarrollado por el Jet Propulsion Lab de la NASA hace uso de las gafas HoloLens de Microsoft para combinar elementos virtuales con la presencia y el entorno físico, creando un mundo en el que los objetos virtuales y reales interactúan entre sí. Esta realidad combinada es una variante de la realidad virtual más conocida y con la que guarda gran semejanza, aunque la realidad combinada tiene en cuenta e incopora elementos reales del entorno.

En este caso el usuario puede visitar la superficie de Marte de forma muy parecida visualmente a estar allí; todo lo que la persona que lleva las gafas ve a su alrededor es un entorno virtual recreado con los datos y las imágenes obtenidas por el rover Curiosity y otros satélites en la órbita marciana.

Se echa de menos, por ahora, que el suelo no reproduzca las pendientes y las irregularidades del terreno percibidas por la vista aunque, según Brent Rose, de Wired, el efecto inmersivo que se consigue supera a otras experiencias similares experimentadas por él gracias al buen funcionamiento de las HoloLens y al nivel de detalle de los elementos virtuales.

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