En el episodio más reciente de Planet Money, titulado #666: The Hoverboard Life estuvieron investigando el mercado de los hoverboards que llegados desde China han tomado al asalto las tiendas de juguetes y son uno de los «regalos tecnológicos de moda» desde hace tiempo.
Con hoverboard se refieren genéricamente a los patinetes de dos ruedas, una especie de Segways sin manillar, que también admiten otros nombres. Por desgracia, no: no son como los hoverboards de Regreso al futuro y no vuelan; son simples artilugios de dos ruedas que mantienen electrónicamente el equilibrio, cuestan entre 200 y 1000 euros y pueden usar tanto niños como jóvenes y adultos.
El caso –si has investigado un poco, a mi me ocurrió– es que no está nada claro cuál es «el original»: cuando llegan a occidente muchos no tienen ni logotipo ni marca; hay literalmente cientos de fabricantes pero no un distribuidor común. Las diversas empresas ni siquiera se ponen de acuerdo en llamarlos hoverboard (!). Pero, eso sí: los expertos de las tiendas te dirán que básicamente todos son iguales salvo diferencias de diseño, algunas piezas, la calidad de los materiales y los complementos.
Investigando, investigando, los autores del podcast llegaron hasta el inventor chino-estadounidense Shane Chen y su Hovertrax (2013, Kickstarter) que patentó su ingenio, aunque según Wired otras empresas chinas como Chic Robotics también dicen haberlo inventado en 2013. Puede que se trate de uno de esos «inventos colectivos» o «simultáneos» o en el que las ideas de un montón de fabricantes se combinaron para dar el mismo resultado. (Siendo realistas, no olvidemos que son poco más que un Segway al que le han quitado el «palo» – justo lo contrario que solemos hacer los españoles ;-)
Una importante lección del asunto la explican Chen y los comentaristas del podcast: independientemente de quién posea la patente, el invento ha evolucionado en la práctica de una forma tan rápida que probablemente los hoverboards actuales ni siquiera conserven muchas de las técnicas allí descritas. En otras palabras: si inventas algo y lo patentas, la vertiginosa velocidad de las fábricas y los tecnólogos del sector hará obsoleta tu patente en menos que canta un gallo. La idea será plasmada, prototipada, llevada a fábrica y distribuida y comercializada en menos de lo que tardas en encontrar un buen abogado para protestar. Son otros tiempos para los inventos tecnológicos y esta historia es un buen ejemplo de ello.
Algunos hoverboards interesantes
Como bonus, ahí van algunos enlaces sobre diversos hoverboards que me parecieron especialmente interesantes:
- Hovertrax (1.400€). Lujoso, peor bien podría ser el «original» de este concepto
- Monkey Balance (595€). 10 km/h, de 15-20 km de autonomía y soporta hasta 120 kg. Recomendado por los entendidos en el tema.
- PhunkeeDuck (1400€) otro modelo de lujo con diseños muy variados.
- Swagway (375€). Hasta el nombre es «parecido» al de los Segways; barato, barato (y si dicen que «todos son iguales…»)
- IO Hawk (1700€). El más caro de la lista: de 15 a 20 km de autonomía, hasta 127 kg de peso, se carga en 3 horas
- VKTech Smart (309€) El modelo más barato que se puede comprar en Amazon.
- Yuntab 10 (319€) El más popular en Amazon: se carga en 1-2h, circula hasta 10-15 km/h (modo protegido) y soporta hasta 120 kg.