¡Ops! Bueno, no exactamente lo que muestra la imagen, sino un ejemplo práctico de la aplicación de la ingeniería inversa a un Furby moderno, esos seres de juguete que hablan dos idiomas (Furby + el idioma local), escuchan, aceptan caricias, se entienden con otros Furbies y responden en consecuencia a todo ello, mejorando y transformándose con el paso del tiempo. En el artículo de Michael Coppola se explica el destripado total paso a paso.
Una curiosidad es que el modo en que se comunican unos Furbies con otros es mediante unos tonos de sonido emitidos por el altavoz, pero de alta frecuencia (agudos) al estilo de los de los silbatos para perros, de modo que muy pocas personas pueden oírlos.
(Vía Barrapunto.)