Por Nacho Palou — 10 de abril de 2012

Una máquina montando en una máquina, y todo ello narrado por una máquina -a juzgar por el timbre y la falta de emoción en la voz del locutor.

Aunque de momento el robot ciclista funciona por control remoto, la clave del asunto está en que el robot es capaz de mantener el equilibro de forma razonable y similar a como lo haría una persona -al menos un niño de cuatro años-, controlando el manillar. El equilibrio ha sido tradicionalmente unos de esos asuntos complejos de resolver en robótica.

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