Por Nacho Palou — 17 de Marzo de 2014

Entre otras utilidades, este pez robot diseñado por investigadores del MIT, puede utilizarse como instrumento de análisis y medición del agua o para estudiar ecosistemas marinos o aguas contaminadas. Utiliza propulsores de CO2 para desplazarse por el agua moviendo la cola flexible. Es capaz de hacer giros tan rápidos y cerrados como 100 grados en 100 milisegundos, igualando en este sentido a los peces «de verdad».

Su rapidez y agilidad se la debe a su concepción de soft robot o robot flexible que prescinde de motores y servos mecánicos para usar en su lugar materiales flexibles que se mueven utilizando gas como el CO2 o aire comprimido. Funciona de forma similar a los músculos artificiales accionados por aire comprimido

De robots flexibles ya hemos visto antes algunos ejemplos. Poco a poco se va convirtiendo en una variante de la robótica que algunos defienden como «más adecuada» para interactuar con los humanos,

A medida que los robots participan en el mundo y comienzan a interactuar con las personas cada vez más, es mucho más fácil hacer que los robots sean seguros para nosotros si sus cuerpos son suaves y flexibles, que no supongan un peligro si te golpean.

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