Esta piel electrónica o e-skin consiste en una fina lámina flexible que se adhiere a la piel humana, y que proporciona al usuario la posibilidad de manipular y controlar objetos físicos o virtuales sin tocarlos, a través del electromagnetismo. “La e-skin proporciona al usuario nuevas posibilidades de interacción mediante el uso de campos magnéticos”, dicen en NextNature.
Una de sus aplicaciones evidentes puede estar en la realidad virtual: “los dispositivos VR estándar necesitan ver un objeto [físico] para seguir el movimiento. Esto suele implicar el uso de cámaras, que está bien para detectar movimientos grandes. Pero la resolución suele ser demasiado baja para detectar movimientos sutiles como los de los dedos”, dicen en The Verge.
En cambio la piel electrónica interactúa con imanes: dependiendo de la posición y del ángulo de la mano el campo magético varía, lo que produce distintos voltajes que utilizan para saber dónde y en qué posición está la mano. Esto permite detectar movimientos menores e interactuar en un entorno virtual.
Esta e-skin también permite controlar objetos físicos cotidianos como, por ejemplo, una lámpara [imagen superior] provista de un sensor magnético. “Esta tecnología permitirá un sinnúmero de aplicaciones desde la navegación, el seguimiento del movimiento en robótica, la medicina regenerativa y hasta los deportes y juegos y la interacción en la realidad aumentada”, dicen los investigadores.