Por Nacho Palou — 23 de mayo de 2013

En Business Insider, The Material That Protects The Space Shuttle From Heat Is Amazing,

Tras pasar varias horas en un horno a 1200 grados, el material con el que estaban construidas las protecciones térmicas de las lanzaderas espaciales disipa el calor tan rápidamente [sic] que es posible cogerlo (por las esquinas) con la mano aún cuando su interior está prácticamente fundido, siendo básicamente lava.

Con el material de la protección térmica de la lanzadera sucede justo al contrario de lo que se explica en el vídeo: disipa tan mal el calor —es tan mal conductor térmico— que aunque lo absorba y se lo guarde todo dentro hasta que prácticamente se funde su interior el calor apenas llega al exterior porque lo disipa muy lentamente, que es por lo que es posible tocarlo con los dedos. «Es como un cazo con un mango de madera o de plástico: aunque el cazo esté caliente no nos quemamos porque el mango no transmite bien el calor», explica Pedro Lobo.

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