Cuando se combinan ideas que ya funcionan en sí mismas a veces surgen productos de esos que «es imposible que fallen», como por ejemplo Keecker.
Este pequeño robotito tiene el tamaño y los movimientos de un aspirador autónomo, pero proyecta imágenes a alta resolución en cualquier pared, tiene sonido envolvente y te sigue cual perro lazarillo. De paso le han incorporado algunos sensores como temperatura y humedad para realizar otras labores; naturalmente puedes usarlo como pantalla a través del teléfono inteligente para leer mensajes o navegar.
Como puede verse en este vídeo, hace muchas cosas; lo único que asusta es el precio: unos 4.000 dólares (casi 3.000 euros) que lo sitúan en la zona de los juguetes caros más que en el de los posibles compañeros del hogar del futuro.
(Vía OhGizmo!)