Obsérvalo bien: si ahora es capaz de realizar gestos muy humanos porque al otro lado de los controles hay un ser humano, en breve esos mismos gestos podrán ser perfectamente imitados por un algoritmo. Y ese algoritmo también podrá jugar con globos, tocar el xilofón o acariciar los mofletes de los niños.
Es un robot de telepresencia de Disney Research, cuya historia y detalles técnicos se explican en una de sus publicaciones: A Hybrid Hydrostatic Transmission and Human-Safe Haptic Telepresence Robot.
Mediante sistemas de transmisión hidrostática, que equivalen a nuestros tendones, este robot tiene 4 grados de libertad de movimientos; también cuenta con un junto de cámaras estéreo para que el operador pueda observar la escena con cierta profundidad. A través de la línea de control y comunicación la persona que lo maneja puede incluso «sentir las fuerzas» de las manos robóticas cuando están interactuando con los objetos, para una manipulación más precisa.
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