La verdadera revolución de los robots será que queramos tener uno en casa porque realmente nos ayude con las tareas cotidianas –y no solo a barrer y aspirar– porque pueda hacer un montón de cosas de forma versátil y conveniente.
Un candidato podría ser este robot del Institute of Robotics and Mechatronics del Centro Alemán Aeropespacial (DLR) que gracias a contar con buenos sensores y precisos motores, además de un enorme número de grados de libertad de movimientos es muy eficiente en tareas como limpiar ventanas, fregar los platos o barrer.
Un poco armatoste sí que es la criatura, la verdad, pero sus movimientos de aspecto humano lo hacen parecer un poco más cercano. Si se pudiera reducir de tamaño manteniendo su fuerza y habilidades sin duda sería un firme candidato a robot mayordomo. Y además, bien educado: «¡Siempre a su servicio!»