Si gritan «'Abueloooooo!» a James Hamblin mientras va de paseo es porque lleva puesto un traje especial, un exoesqueleto que simula el estado físico de la vejez en una persona mucho más joven.
La simulación tiene como objetivo simular el físico de alguien de 75 años. Comienza añadiendo unos 20 kilos que será lo que engorde el jovenzuelo a esa edad; luego llegan la visión borrosa y «efecto túnel» como si tuviera el típico glaucoma (gracias a una cámara y unas gafas) y disminución auditiva. Lo «divertido» llega cuando comprueba que mover los brazos o incluso caminar es mucho más complicado y agotador que cuando era joven: el exoesqueleto robótico limita sus movimientos obligándole a un gran esfuerzo. Al final del proceso, salir a la calle es toda una odisea… ¡Así es la vida a partir de los 70!
Como explican sus desarrolladores, las buenas noticias son que esos mismos exoesqueletos pueden ayudar a invertir el proceso en las personas mayores: mejorar su movilidad proporcionándoles mejor equilibrio, fuerzas para pasear y agarrar objetos, etcétera. Así que está bien ir probando lo que será la viejunez de las gentes de principios de milenio, porque con un poco de suerte dentro de poco ese concepto ya no será lo mismo.