La buena gente de Las cosas retro publicó un interesante vídeo en dos partes sobre su visita al centro de emisión e informativos de RTVE de Madrid, donde está la torre del mismo nombre: Torrespaña, más conocida como «el Pirulí». [Aquí la primera parte del vídeo y aquí la segunda; mi favorita es la segunda «por las vistas».]
Construida en 1982 y hasta 2007, Torrespaña fue el techo de Madrid y de España, con sus 220 metros de altura. Arquitectónicamente tiene mucha miga, con un ascensor que tarda unos 2 minutos en subir o bajar hasta las cuatro plantas cerradas (de unos 8-9 metros de altura cada una) y otras cuatro más en forma de plataformas externas.
Esta torre –propiedad actualmente de Cellnex Telecom– da servicio de televisión a la capital pero sobre todo es un importante punto de telecomunicaciones: enlaza directamente con los centros de emisión, controla y combina las imágenes a emitir en los diversos canales y actúa tanto para televisión como para radio, enlazando con las emisoras de otras provincias.
Al principio de este segundo vídeo uno de los responsables técnicos de Torrespaña explica muchos de los detalles sobre cómo funciona: desde los sistemas que combinan (multiplexan) varias señales en una, los sistemas de alimentación eléctrica y de emergencia y las diferentes potencias que se emplean. Casi toda la instalación es bastante limpia y moderna porque en estas décadas ha hecho su transición a lo digital; como explican en cierto modo cada vez se necesita menos espacio para hacer lo mismo.
En las imágenes exteriores puede verse cómo, entre pitos y flautas, hay unas 400 antenas en el exterior del Pirulí. Son en su mayoría enlaces de microondas que van mediante una línea directa de visión hasta equipos idénticos situados en lugares estratégicos: centros de emisión (Mediaset, Atresmedia, RTVE…) o puntos de interconexión con Internet. Las antenas radiantes grandes alcanzan los 70 km. Tal y como explican, algunas de estas señales también se envían por fibra óptica, de modo que la Torre se ha convertido en un punto de telecomunicaciones más que relevante con el paso del tiempo.
Como detalles que me llamaron la atención están que en sus casi 42 años de existencia el Pirulí sólo ha estado «caído» unas dos o tres horas debido a un incendio provocado por un cortocircuito. Eso es sin duda un buen histórico en cuanto a estabilidad y seguridad. Además de eso, el lugar resulta encantador por la combinación de lo moderno y digital con las palancas, interruptores gigantes y termómetros analógicos, ayudados por la ocasional hoja de papel cortada en tiras para comprobar a simple vista si el aire acondicionado está funcionando [~22:40].
Definitivamente la torre de Torrespaña queda apuntada en mi lista de sitios geek que debo visitar algún día. Y mira que vivo cerca, pero es que no ha habido oportunidad de pasar más allá que de las salas de reuniones de las oficinas que tiene RTVE en los alrededores… :-(