Ya hemos hablado más veces de la serendipia, esos descubrimientos que se producen cuando en realidad se está trabajando en otra cosa, y en este caso es el turno de un posible avance en el tratamiento de la infertilidad masculina cuando se estaba investigando el cáncer.
Según se puede leer en Post-transcriptional Wnt Signaling Governs Epididymal Sperm Maturation, un grupo de científicos del Centro Alemán de Investigación Oncológica, o DKFZ, estaban investigando la forma en la que las células se comunican entre sí cuando descubrieron un posible tratamiento para aumentar la movilidad de los espermatozoides.
En concreto investigaban el mecanismo de comunicación mediante la proteína wnt que les permite regenerar tejidos cuando funciona bien pero que puede ser el origen de tumores cuando funciona mal.
Para ello crearon unos ratones en los que eliminaron el gen que produce la proteína en cuestión, esperando que fallara algo relacionado con la división celular, aunque para su sorpresa lo que resultó inmediatamente obvio era que esos ratones eran estériles.
Tras varios años de investigación y crear otros tres tipos de ratones para comprobar sus hipótesis el equipo del DKFZ ha podido confirmar que la proteína wnt –o más bien las señales que produce– interviene directamente en el proceso de maduración de los espermatozoides y en la capacidad de movimiento de estos.
Otras pruebas con espermatozoides extraídos de dos pacientes de una clínica de infertilidad permitieron confirmar que era posible aumentar su movilidad en el laboratorio exponiéndolos a la proteína en cuestión.
Aún queda trabajo por hacer, pero si en el futuro esta técnica se puede aplicar a los espermatozoides de parejas que se están sometiendo a un tratamiento de fecundación in vitro por problemas de movilidad de estos las probabilidades de éxito aumentarían considerablemente.
(Uno de los autores del trabajo citado es Sergio Pérez Acebrón, a quien ha entrevistado Luis Alfonso Gámez de El Correo, entrevista que también he usado para escribir esta anotación).
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