Mientras que millones de pares de gafas 3D ven pasar los días desde el fondo de un cajón —y perdón por la autocita viejuna— marcas como Philips y Samsung ya están poniendo los primeros clavos en el ataúd de la tecnología 3D en los televisores.
En Forbes, Samsung And Philips Sign 3D's Death Warrant,
El interés por el 3D —al menos en su versión doméstica— se ha ido desvaneciendo en los últimos años. Pero es ahora cuando ese formato moribundo recibe el tiro de gracia: tanto Samsung como Philips han decidido no incluir el formato 3D en ninguno de sus televisores de 2016 (...) Esto sitúa a estas dos marcas entre los primeros «enterradores del 3D», pero son más las marcas que ya se están apeando de la escena 3D.
Otra de ellas es Sony. en 2016 Sony sólo tiene dos modelos 3D en su gama de televisores. La japonesa prefiere —desde siempre, en realidad— apostar por la alta definición — el formato 4K, HDR y Ultra HD que es incompatible con el 3D.
LG fue uno de los grandes impulsores de los televisores 3D. Su modelo de 3D con gafas pasivas era la mejor de las opciones: gafas baratas y sin electrónica ni baterías que venían a puñados al comprar un televisor con su tecnología 3D. No hay que olvidar que de otro modo las gafas activas costaban entre 100 y 200 euros, cada una.
Poco después tanto LG como Samsung y otras marcas en seguida dirigieron su atención a las pantallas curvas... que resultó que de entrada eran incompatibles con el 3D.
Los televisores 3D no lo han conseguido, al menos no por ahora. Y respecto a los tabletas y móviles con pantalla 3D... bueno, haremos como que aquello nunca sucedió.