Por @Wicho

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Presentación de uno de los proyectos escogidos para la edición de 2023 – Cátedra de Cultura Científica de la UPV

Tras el éxito de las dos ediciones anteriores vuelve Género y Comunicación de la Ciencia, la jornada sobre comunicación científica y género. Tendrá lugar el próximo 15 de mayo en la Torre Iberdrola de Bilbao.

El objetivo de la jornada es debatir la realidad de la perspectiva de género en el ámbito de la ciencia, el medio ambiente, la salud y la innovación y ver cómo y de qué manera se puede mejorar dicha perspectiva género en este tipo de comunicación.

Ya tenemos casi listo el programa definitivo. Pero una parte importante de él son las aportaciones de personas que están trabajando en algún proyecto interesante centrado en este campo. Y para poder incorporar esas aportaciones necesitamos que nos lo cuentes. Tienes hasta las 23:59 del 18 de febrero de 2025 para enviarnos tu propuesta.

Género y comunicación de la ciencia es un evento de la Universidad del País Vasco, a través de su Cátedra de Cultura Científica, y de Euskampus Fundazioa. Cuenta con la colaboración del Gobierno Vasco a través de su Departamento de Ciencia, Universidades e Innovación; de Iberdrola; y de ETB.

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Por @Wicho

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Un riñón similar al que ha recibido Tim Andrews – Joe Carrotta / NYU Langone Health

Hace apenas una semana se hacía pública la noticia de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) había autorizado sendos sendos ensayos clínicos de trasplantes de cerdos a personas a las empresas de biotecnología eGenesis y United Therapeutics. Pues bien, la primera ya ha empezado con el suyo.

El receptor del primer trasplante ha sido Tim Andrews, un paciente de 66 años con fallo renal terminal. Los riñones del señor Andrews fallaron hace un par de años, lo que le obligó a empezar a someterse a diálisis a la espera de un trasplante. Pero debido a su tipo de sangre y a la escasez de donantes el tiempo de espera podía irse fácilmente a entre cinco y diez años. Mientras que la supervivencia a cinco años de alguien en diálisis es de aproximadamente el 50 %.

Así que decidió mirar opciones. Y una de ellas era el trasplante de un riñón de cerdo. Pero en una primera aproximación su estado de salud hizo que lo rechazaran. Aunque unos meses después, tras perder unos 15 kilos y mejorar el control de su diabetes y su forma física le dieron finalmente el visto bueno.

El trasplante fue llevado a cabo el mes pasado. Recibió un riñón del que han sido eliminados tres genes implicados en la síntesis de antígenos glicanos que se cree que están relacionados con el rechazo hiperagudo. También le han sido añadidos siete genes humanos relacionados con la modulación del rechazo. Por supuesto tendrá que tomar medicamentos inmunosupresores el resto de su vida.

Son las mismas ediciones que llevaba el riñón que recibió Lisa Pisano en abril de 2024. Pero por complicaciones cardíacas que ya sufría la paciente hubo que extirpar el riñón semanas después del trasplante. Ella murió poco después. eGenesis también suministró el riñón que recibió Richard Slayman en marzo de 2024, aunque en su caso el órgano en cuestión tenía 69 modificaciones genéticas. Al señor Slayman tampoco le fue muy bien, pues falleció un par de meses después del trasplante, aunque por un problema cardíaco que ya tenía antes.

Sin embargo por ahora al señor Andrews le va estupendamente con su nuevo riñón, que está funcionando a la perfección. Esto le ha permitido dejar la diálisis. Y además ya ha sido dado de alta, aunque tendrá que seguir haciéndose chequeos periódicos.

Con su trasplante son ahora dos las personas que están viviendo con un riñón de cerdo: el propio señor Andrews y Towana Looney, que hace poco se convertía en la persona que más tiempo ha sobrevivido a un trasplante de este tipo al superar los dos meses de Richard Slayman. En cualquier caso sus equipos médicos seguirán su evolución atentamente para ver cómo evolucionan a largo plazo.

eGenesis tiene permiso para incluir a dos pacientes más en su estudio clínico. Pero el permiso estipula un periodo de espera de seis meses entre el primer y el segundo paciente, y de tres meses entre el segundo y el tercero, de nuevo para que dé tiempo a ir estudiando los resultados y el estado de salud de los pacientes. Así que hasta dentro de unos meses no veremos un nuevo trasplante de uno de sus órganos.

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Por @Alvy

Astro App: una forma de explorar el cielo nocturno de forma personalizada

Astro App es un proyecto de astronomía de Shrivu Shankar que combina varias de sus aficiones, entre ellas el aprendizaje automático y la inteligencia artificial. La idea de la app es construir una pantalla personalizada con lo que puedes ver en el cielo nocturno desde tu ubicación. Todo comienza indicando dónde estás en un mapa.

La app indica qué planetas, estrellas, galaxias y nebulosas se pueden ver desde el sitio en que te encuentras, tanto por su ubicación como por su visibilidad. Hay una gráfica que indica la posición exacta, o puedes verlo en 3D o simplemente con su azimuth (ángulo hasta el norte geográfico) y altitud sobre el terreno. Hay un color para cada tipo de objeto estelar. La IA integrada es la que calcula qué se ve y cómo se ve.

Naturalmente, necesitas tener un cielo limpio para poder ver algo, así que olvídate si estás mirando desde alguna ciudad, porque las luces ambientales, farolas y edificios impedirán que veas un pepino. Pero si te alejas y estás en el campo, la playa o mejor aún en algún lugar montañoso elevado podrás ver no solo los planetas sino con un poco de suerte grupos de estrellas, nebulosas y quizá alguna galaxia. No como se suele pensar sino tal vez como luz difusa. Pero algo es algo.

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Por @Alvy

Palomas: ratas del aire. Aunque poco apreciadas por muchos por la suciedad, el ruido y las enfermedades que traen a las ciudades, a veces pueden tener su utilidad práctica.

Durante la Segunda Guerra Mundial todo el mundo que no estaba en el frente intentaba ayudar en lo que podía. Así que al famoso psicólogo B.F. Skinner, por aquel entonces en Harvard, se le ocurrió que sería buena idea entrenar palomas condicionándolas para guiar misiles balísticos hacia los objetivos enemigos. Esto que podríamos llamar una «idea de bombero» se demostró técnicamente posible.

Skinner fue un pionero en el campo del condicionamiento, y aplicó este principio a las ratas y también a las palomas. La idea consistía básicamente en colocarles un conector metálico en el pico y hacerlas picotear unos controles en respuesta a estímulos visuales (probablemente imágenes de ciudades o algo parecido). De este modo serían capaces de dirigir los misiles en pleno vuelo. Lo explicó todo años después en Pigeons in a Pelican, que hace referencia a las nobles aves y al nombre secreto que usó el ejército: Proyecto pelícano.

El condicionamiento sólo tenía que durar cinco minutos, que era el tiempo que el misil tardaría en llegar a su objetivo. Eso sí: el cómo acabaría la paloma, posiblemente estampada, achicharrada o una combinación de ambas cosas, era otro cantar.

El ejército no pareció apreciar la idea y nunca la puso en marcha, pero ahí quedó el guante para quien quisiera recogerlo. Los experimentos de Skinner con las «palomas piloto» recibieron un tardío reconocimiento en forma de premio Ig Nobel en 2024, ya sabes, esos que se dan a las investigaciones más locas, disparatadas y sin sentido que aun así hacen pensar.

En el viejo vídeo de la BBC que cuenta esta historia la hija de Skinner explica cómo el psicólogo pensaba que estas ideas locas, aunque poco prácticas y realistas, pueden ser inspiradoras para otras innovaciones inesperadas.

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