Por @Alvy

float.exposed

Los números en coma flotante (IEEE 754) están presentes en todo dispositivo moderno que se precie, pero el cómo funcionan tiene su intríngulis. Nuestro admirado Bartosz Ciechanowski los analizó hace años en un artículo y tiene una herramienta llamada float.exposed que es una representación visual interactiva/calculadora de cómo son esos números, su valor decimal, hexadecimal, binario y sus diversos componentes.

Allí se ven con ejemplos claros por qué algunos valores como 0,2 no pueden representarse con exactitud y cómo aparecen fenómenos como los infinitos, los ceros con signo y los NaN (Not-a-number).

En esencia, un número en coma flotante es una notación científica binaria con un par de limitaciones: el número de dígitos en la mantisa (o significando) y el rango del exponente. Por ejemplo, un número de coma flotante (float) de 32 bits tiene 24 bits de mantisa y un rango de exponente que va de [−126, +127]. Eso permite representar enteros hasta 224 (16.777.216), pero deja fuera números intermedios como 16.777.217. (Prueba a ponerlo en la calculadora.)

Además de que los float de simple precisión ocupan 32 bits; un float doble son 64 bits con 53 dígitos de precisión y rango [−1.022, +1.023] y un float de media precisión, 16 bits con 11 dígitos de mantisa y rango [−14, +15]. Puedes jugar con ello y hacer cambios en la calculadora a ver qué pasa.

Existen valores especiales: ± 0,0, ± ∞ y los NaN (Not a Number). En el caso de los float se pueden codificar más de 8 millones de NaN distintos, y en los dobles más de 4,5 cuatrillones.

El máximo valor representable en un float es 3,40282347×1038, mientras que el mínimo normal es 1,17549435×10-38. Gracias a los subnormales (se llaman así) se puede llegar a valores aún más pequeños, aunque con menor precisión.

Estos límites explican anomalías clásicas como que 0,1 o 0,2 no tienen una representación exacta, o que al operar aparezcan redondeos inesperados. El diseño del estándar permite operaciones que son coherentes con los infinitos, los ceros con signo, los NaN y también conversiones entre tipos con reglas claras.

Lejos de ser un misterio, el estándar IEEE 754 es una construcción elegante y duradera que define la aritmética digital moderna. Tan es así que en las más complicadas profesiones de matemáticas, ingeniería y programación hay que saber muy bien qué se cuece entre bambalinas para evitar bugs que pueden ser muy difíciles de encontrar.

Otros trabajos de Bartosz Ciechanowski:

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Por @Alvy

Centro para el Alineamiento de los Centros de Alineamiento

El Centro para el Alineamiento de los Centros de Alineamiento es una iniciativa de esas que tardas algo más de 60 segundos en darte cuenta de que es de coña, por el cuidado y meticuloso diseño y los textos rimbombantes de los que hace gala. Pero la idea subyacente es tan satíricamente genial como inútil.

Esta supuesta organización filantrópica busca alinear a los centros de alineamiento, esos lugares y entidades que tienen los creadores de las IA más modernas para evitar que descarrilen y nos lleven al desastre. Simplemente, hay tantos que alguien debe poner orden y alinearlos. Es algo que en la práctica nunca funcionaría, más que nada porque los humanos no podemos ni ponernos de acuerdo en cosas más nimias, así que como para enfrentarse a un futuro hipertecnológico.

En cualquier caso, muy al estilo de Jaime Obregón y su Observatorio de los Observatorios Públicos de España (a medio camino entre el humor y la ranciedad de las entidades que allí aparecen) han creado este Centro para «vigilar a los vigilantes», como quien dice.

Con una misión tan clara como fino su humor, la web incluye todas las explicaciones de su existencia, un boletín, una sección de empleo y, por si las moscas, otra de acceso restringido, sólo para AGIs dirigida al Basilisco de Roko (alabado sea, por cierto).

A disfrutarlo y a reenviárselo a las amistades más técnicas, que seguro que hay hay a quien se la cuelas.

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Por @Alvy

Rosalía, meteoróloga de Tele 5La meteorología es hoy algo tan común que «hablar del tiempo» se considera la mejor forma de rellenar «silencios incómodos» y de detectar cuándo una conversación está atascada. El caso es la historia de la predicción del tiempo meteorológico, tiene sus raíces en la astrología antes que en la ciencia. Resulta sumamente curioso que el Acta de Brujería de 1735 prohibiera todas las predicciones basadas en medios sobrenaturales, incluyendo pronósticos del tiempo (¡es una bruja!) aunque los mismos británicos fundaron ya en 1854 su Met Office (equivalente a nuestra Agencia Estatal de Meteorología) basada en métodos científicos. [Fuente: The Guardian.]

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Por @Alvy

ChatGPT no tiene sentido del humor, que sepamos, pero desde luego hace bien su papel de sorprenderse y seguir el juego cuando alguien políglota como Xiaoma, que ha estudiado docenas de ellos, le habla de repente en hexadecimal.

El vídeo está muy bien producido, tendrá cortes, alguna que otra respuesta preparada y el buen hombre seguramente lee el hexadecimal (me parecería raro que lo hubiera memorizado), pero desde luego tiene su gracia, porque le da mucha entonación y luego las respuestas son muy ChatGPTianas, acerca de la «rebelión de las máquinas» y cosas así. Porque entenderle, le entiende perfectamente. Se puede ver el momento a partir de 02:10 (luego hacia 05:00 el vídeo pasa a ser un anuncio de cursos de idiomas hasta 06:10).

Me asombra por cierto la tremenda naturalidad de la voz de ChatGPT en inglés, y cómo se adapta a los diferentes idiomas. Yo no consigo sacar a mi ChatGPT (y eso que es de pago) del acento del castellano neutro que suena a argentino continuamente. Ni con peticiones amables ni con amenazas, que lo he probado todo. Y tampoco he logrado que me entienda en hexadecimal. c2,a1,4d,61,6c,64,69,63,69,c3,b3,6e,21.

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