Por @Wicho


La ingeniera aeroespacial de la NTSB Leani Benitez-Cardona, y su compañero Matthew Fox, jefe de materiales, estudiando el «tapón» del 737 de Alaska Airlines – NTSB

El cinco de enero de 2024 un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines perdió una parte del fuselaje poco después de despegar en el vuelo 1282 de la aerolínea. Es una especie de tapón que en ese avión y en otros con una configuración de asientos similar sustituye a una de las salidas de emergencia que no es necesaria debido al número máximo de personas que pueden ir a bordo.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (National Transportation Safety Board, NTSB), que es la organización que, entre otros, investiga los accidentes aviación civil, acaba de emitir su informe al respecto [PDF]. Y, para sorpresa de nadie, les da cera a la propia Boeing y a la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos.

El resumen es que Boeing no proporcionó formación, orientación ni supervisión adecuadas a las personas que trabajan eh sus fábricas. Y que la FAA fue ineficaz a la hora de garantizar que Boeing abordara los problemas de no conformidad repetitivos y sistémicos asociados a sus procesos de retirada de piezas.

Y es que todo el problema viene de que aunque Boeing recibió el fuselaje de ese avión con el tapón correctamente instalado por parte de Spirit AeroSystems, en aquel entonces su proveedor y ahora de nuevo parte de la empresa, una vez en la planta de ensamblado fue necesario retirarlo para solventar un problema con algunos de los remaches del fuselaje cercanos al tapón.

Pero nadie de las personas que lo retiraron ni que lo volvieron a colocar tenía la formación necesaria, a pesar de que los procedimientos de Boeing dicen que es una operación que no puede hacer nadie sin esa formación. Ni los procedimientos especificados por Boeing eran lo suficientemente claros como para que se pudieran dar cuenta de que lo estaban haciendo mal. Ni nadie rellenó el correspondiente informe que se supone que hay que cubrir tras retirar una pieza, lo que probablemente habría facilitado que alguien más adelante en el proceso de finalización de ese avión se hubiera dado cuenta de que había que revisar ese tapón.


Esquema del tapón que sustituye las puertas de emergencia – Boeing

El resultado fue que cuatro pernos que lo sujetan e inmovilizan nunca fueron vueltos a colocar. Esto permitió que el tapón se fuera moviendo vuelo tras vuelo hasta que en el del accidente el tapón por fin salió disparado, provocando una descompresión súbita que obligó a la tripulación a hacer un descenso de emergencia y a volver al aeropuerto de origen.

Aunque afortunadamente al final todo quedó en un gran susto un miembro de la tripulación de cabina de pasaje y siete pasajeros recibieron heridas leves y el avión también resultó dañado en el accidente.

Inspecciones llevadas a cabo en días posteriores en otros aviones con la misma configuración desvelaron el mismo problema en varios de ellos.

La NTSB recomienda, pues, aunque no puede ordenar nada porque no tiene jurisdicción par ello, que se haga obligatoria lo antes posible la instalación de un nuevo sistema de fijado de los tapones que añade elementos como cables de seguridad para evitar que los pernos se pierdan o no se instalen correctamente.

También recomienda a la FAA que revise sus procedimientos de supervisión en general y de Boeing en particular para asegurarse de que sean realmente efectivos. Y a Boeing que revise sus procedimientos de formación y supervisión, con especial énfasis en poder detectar errores en la ejecución de tareas.

Lo malo es que llueve sobre mojado en todo esto. Y que antes de este accidente el MAX había estado veinte meses sin poder volar en todo el mundo debido a dos accidentes mortales causados por un grave error en su diseño, algo por lo que se supone que la FAA había puesto a Boeing bajo un escrutinio más cercano.

Otra petición de la NTSB es que la FAA decida obligar de una vez a la instalación de grabadoras de voz que registren al menos 25 horas en vez de las dos a las que están limitadas en la actualidad. Ya no es la primera vez que se pierde información valiosa debido a esa limitación, que no tiene ningún motivo técnico sino que viene de la reticencia de las tripulaciones de cabina de que sus conversaciones queden grabadas más tiempo del necesario. Y en el caso del vuelo 1282 volvió a suceder.

En cualquier caso hay que decir que desde el accidente del vuelo 1282 miles de Boeing 737 MAX han seguido prestando servicio en todo el mundo sin mayores problemas. Lo que no quita para que las autoridades deban seguir muy al tanto de lo que pasa con Boeing.

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Por @Wicho

Este pasado fin de semana un cohete H-IIA ponía en órbita el satélite medioambiental GOSAT-GW para la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA). Fue en lanzamiento número cincuenta de este cohete. Y será el último ahora que el H3 parece estar ya funcionando de forma fiable.

En servicio desde el 29 de agosto de 2011, a lo largo de su carrera el H-IIA sólo ha experimentado un fallo, cuando el 29 noviembre de 2003 el lanzamiento de dos satélites de reconocimiento falló al no separarse uno de los propulsores laterales del cohete. El peso extra del propulsor hizo imposible que el cohete alcanzara la órbita deseada, con lo que fue destruido desde tierra unos diez minutos después del lanzamiento. Pero por lo demás ha sido el principal lanzador japonés a lo largo de estos años, tanto para cargas civiles como militares.

Será sustituido por el H3, que tras fallar en su lanzamiento inicial en marzo de 2023 a estas alturas lleva ya tres lanzamientos con éxito. El H3 está diseñado para ser más barato de lanzar que el H-IIA, lo que en principio facilitará que consiga contratar más lanzamientos.

El H3 es también el que se encargará de lanzar el HTV-X, el carguero espacial japonés de nueva generación que sustituirá al HTV en los lanzamientos de suministros para la Estación Espacial Internacional. El HTV fue retirado en agosto de 2020 y en aquel entonces se esperaba que el HTV-X entrara en servicio en febrero de 2022. Pero ahora su primer lanzamiento está ahora previsto para octubre de este año.

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Por @Wicho

Después de varios aplazamientos porque la meteorología no colaboraba Blue Origin lanzaba hace unas horas su misión tripulada NS- 33. En ella seis personas más han estado unos minutos en caída libre por encima de la línea de Von Kármán, lo que les permite decir que han estado en el espacio.

Con ella el New Shepard, en la que ha sido su decimotercera misión tripulada, ha llevado a un total de 70 personas al espacio, de las que cuatro han hecho el viaje dos veces. Según la gente de Shuttle Almanac, que lleva las cuentas de estas cosas, la misión ha llevado el número de personas que han ido al espacio a 750. De ellas 636, incluidas 84 mujeres, han entrado en órbita. 119, incluyendo 29 mujeres, han participado en vuelos suborbitates.

Aunque de esas 119 personas sólo 75 han volado por encima de la ya citada línea de von Kármán, situada a los 100 kilómetros de altitud y tradicionalmente considerada el límite del espacio; el resto han superado los 80 kilómetros que en los Estados Unidos se consideran suficientes para decir que has ido al espacio.

En el caso de la NS-33 la cápsula tripulada alcanzó una altitud máxima de 106 kilómetros, con lo que no hay duda de que estuvieron en el espacio, aunque fuera una visita breve. Y es que la duración total de la misión, desde el lanzamiento hasta el aterrizaje, ha sido de tan sólo diez minutos y 14 segundos.

Blue Origin no ha hecho público el precio de los billetes en estos lanzamientos. Pero las estimaciones dicen que el precio final anda entre los 200.000 y los 300.000 dólares. Así que me da un poco la risa floja al pensar en el precio por segundo de vuelo. Pero por lo que pude experimentar cuando hice un vuelo en caída libre, ¡vaya experiencia que tiene que ser!

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Por @Alvy

Cruce de cables 43 (28 de junio de 2025)

Teclado de teléfono / GPT-4o¿Por qué los números de los teclados de teléfonos y calculadoras están ordenados de esa manera? [~12:40] – En este episodio hablamos de un tema recurrente en el que todos nos fijamos cada vez que marcamos un número o vamos al cajero automático. Si te fijas, resulta que los teclados de calculadoras y por extensión ordenadores tienen el cero abajo y los grupos 123/456/789 van «subiendo». En los teléfonos fijos de teclas y por imitación en los móviles es, en cambio, al revés: utilizan el orden natural de lectura 123/456/789 y el cero también va abajo. ¿Por qué?

  • Ambos aparatos (calculadoras electrónicas y teléfonos con marcado por teclas) tuvieron su origen moderno electrónico más o menos de la década de los 50; no parece que uno pudiera haberse impuesto al otro por cuestión de antelación histórica.
  • Hay datos desde el siglo XIX que apoyan muchas teorías. Podría haber una combinación de diversas razones o bien ser el típico caso de desarrollos independientes sobre dispositivos similares, que acabaron por caminos diferentes.

En la charla con David de RNE examinamos algunas fechas, nombres de inventores y razones posibles de este curioso fenómeno.

Además de eso… algo que mencionamos sólo de pasada: ¿Por qué los cajeros automáticos usan el diseño telefónico? Es un estándar familiar, heredado del hardware telefónico: La mayoría de usuarios están más acostumbrados al teclado del teléfono; resulta consistente. Pero la normativa ISO/IEC 9995 como recomendación internacional favorece esta disposición. Este diseño genera lo que se llama una paradoja funcional: en un dispositivo de entrada de números como una calculadora, se adopta el diseño del teléfono, no el más eficiente desde el punto de vista histórico o lógico para realizar cálculos.

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Imagen: GPT-4o.

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