Por @Wicho

Portada del libro en la que salen un par de Hurricanes en vuelo con un cielo muy nublado al fondoPsicomitos: una crítica a la psicología no científica. Por Fátima García Doval. Ilustraciones de Cleo García del Oro. Shackleton Books (9 de septiembre de 2024). 178 páginas.

Este libro es un interesante repaso a teorías y conceptos en psicología que han gozado de una inmerecida popularidad hasta que la ciencia ha terminado por determinar que no eran más que mitos. Aunque algunos aún están sorprendentemente arraigados.

Empezando por el final, porque por qué no, traigo esto del epílogo:

Desde el origen de la civilización, y posiblemente incluso antes, los seres humanos hemos sentido fascinación por todos estos aspectos: qué nos hace ser quienes somos, por qué somos capaces de las mayores heroicidades y las más grandes atrocidades, qué hay de verdadero y objetivo en la realidad que percibimos a nuestro alrededor, qué nos hace amar y odiar, si somos realmente libres…

Fátima habla de los mitos que muchos tenemos en la cabeza cuando reflexionamos en estas cosas. Mitos en el sentido de la cuarta acepción de la RAE: «Persona o cosa a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene.»

Cosas como la supuesta racionalidad de nuestras decisiones; el valor del cociente intelectual como indicación aislada de nuestra valía; la influencia del lenguaje en cómo pensamos (¿te suena la hipótesis de Sapir-Whorf?); las fases de aprendizaje del lenguaje y la «imposibilidad» de aprender un idioma cuando somos mayores; la gran mentira de la comunicación facilitada; la reconstrucción de los recuerdos que se produce cada vez que acudimos a ellos y su escasa fiabilidad; el pánico moral y el miedo a cualquier nueva tecnología; las adicciones que no lo son; esa falta de atención cada vez mas acusada que quizás no exista; el psicoanálisis…

Es un buen repaso –y afortunadamente no muy largo en esta época de libros de cienes y cienes de páginas– que te ayudará a conocerte un poco mejor. Si tus sesgos cognitivos te dejan, claro.

_____
El enlace a Amazon lleva nuestro código de asociado, así que si compras el libro o alguna otra cosa tras haberlo seguido es posible que cobremos algo en forma de comisión. Pero si lo compras en tu librería local también nos parecerá muy bien.

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD


Por @Alvy

Me pareció bastante completa esta conferencia de Claudia de Rham, profesora de física teórica en el Imperial College de Londres, en el prestigioso centro de divulgación científica de la Royal Institution de Londres. Rham estudia la gravedad y la relatividad general, con un enfoque en teorías alternativas, como la posibilidad de que el gravitón tenga masa.

En la charla se explican conceptos complicados retrotrayéndose a los principios más básicos, como el principio de equivalencia y la gravedad no como fuerza sino como curvatura del espacio-tiempo. De Galileo a Einstein, vamos.

El caso es que la teoría de la relatividad general «funciona» muy bien en la mayoría de los casos, pero deja de hacerlo en condiciones extremas, por ejemplo en el interior de los agujeros negros y en lo relativo a la expansión acelerada del universo. ¿Qué es lo que falla?

Los físicos, tanto los teóricos como los experimentales más de «andar por casa» estudian diversas posibilidades. Una de ella es que la gravedad no tenga un alcance infinito. Otra, que el gravitón (una partícula elemental hipotética) tuviera masa, lo que explicaría cosas que observamos, como la expansión acelerada del universo.

Entre otras curiosidades se menciona que:

  • La gravedad es extremadamente débil en comparación con la fuerza electromagnética. En concreto, unas 1040 veces más débil, algo difícil de concebir.
  • La energía a la que fallaría la relatividad general según estas ideas es gigantesca, del orden de 1019 GeV, un millón de billones de veces mayor que las energías que alcanza el Gran Colisionador de Hadrones. También hay que decir que la relatividad deja de funcionar por debajo de 10-35 metros o de 10-44 segundos, cantidades tan pequeñas que hay que preguntarse si realmente «hay algo» o «sucede algo» más allá.
  • El horizonte de un agujero negro supermasivo es enorme. En el caso del que hay en el centro de nuestra galaxia, mide unos 11 millones de kilómetros de diámetro (unas 30 veces la distancia Tierra-Luna).

Rham también explica con mucha gracia cómo el problema de la constante cosmológica es el mayor error de la física moderna, porque entre el valor de la predicción teórica de la energía del vacío y lo que luego se observó en la realidad el error no es un ×2 ni un ×5, ni siquiera un ×10 o ×1.000… Es de 28 órdenes de magnitud (un uno seguido de 28 ceros; según fuentes de la Wikipedia incluso de 120 órdenes de magnitud). Básicamente, el mayor error de predicción en la historia de la ciencia. Los físicos siguen trabajando en ello a ver si consiguen arreglarlo. Es, en cierto modo, la belleza de todo lo relacionado con la gravedad.

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD


Por @Alvy

Encontré este curioso vídeo sobre la construcción de una calculadora mecánica, algo que emula las antiguas máquinas que se usaban para estas tareas en el siglo XIX. Está fabricada artesanalmente, con un montaje pieza a pieza que es parte del encanto del vídeo. Además Will, en su canal WhatWillMakes, lo acompaña de detalladas explicaciones históricas además de los secretos sobre su funcionamiento y construcción.

Pascal y Schickard, en el siglo XVII, fueron los primeros en proponer este tipo de máquinas, Leibniz puso su granito de arena y luego llegó Thomas de Colmar en el siglo XIX inventando el Aritmómetro, en el que se basa esta máquina, aunque incorporando algunas mejoras. Como dice Will, que ha dedicado un verano completo a la construcción, es todo cuestión de ver fotos de la máquina, interpretar cómo funcionaba y replicarlo o mejorarlo; no hacen falta siquiera planos, aunque si existen, mejor que mejor.

Es bastante increíble que con una máquina puramente mecánica y un tanto rústica como esta se puedan hacer tantos cálculos, pero el caso es que puede sumar y restar y también multiplicar y dividir. Tiene 6 dígitos de entrada y 12 de salida.

Es importante entender las bases del asunto, especialmente cómo los números en base 10 actúan de forma «circular», lo que supone cada operación y el concepto del acarrero, el «llevarse una». Una vez comprendido hay que ir fabricando las piezas para cada número y para sumar en base a engranajes cuidadosamente recortados. En total hay 156 engranajes con alrededor de 1.500 dientes. Para moverlos se usa una gran palanca y una cadena con piñones de unas 304 piezas. También se añaden muelles y rodamientos para hacer los valores «más digitales y precisos», y que no se quede una rueda entre el 3 y el 4, sino que marque 3 ó 4, según corresponda.

Restar es relativamente fácil una vez se ha construido la suma, pero la multiplicación tiene más enjundia. Hay que girar la palanca tantas veces como marquen los dígitos del multiplicador, pero por suerte no tal cual, sino dígito por dígito (es decir: 427 hay que girarlo 4+2+7 = 13 veces, no 427, que sería casi eterno). La clave es que entre dígito y dígito (7, 2 y 4) hay que desplazar el tablón del resultado, un poco como cuando multiplicamos a mano con lápiz y papel.

Dividir es repetir una resta varias veces y aunque aquí hace falta la inteligencia humana para ver si un número «cabe» o se puede restar de otro, si se hace bien el resultado es totalmente preciso; de hecho me parece flipante ver aparecer 3,141592 al dividir 355 entre 113. Y también te indica el resto, si es que queda alguno.

Un proyecto bastante asombroso aunque con unas bases sencillas que cualquiera puede entender.

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD


Por @Alvy

Un Sudoku agrietado, una nueva forma de jugar y entretenerse

Hacía tiempo que no me cruzaba con una nueva variante de Sudoku, y ayer me encontré este que llaman Sudoku agrietado (Cracked Sudoku) que tiene pinta de ser entretenido y no muy difícil.

Las reglas de esta variante es que los números del 1 al 9 deben quedar dentro de las zonas con borde negro grueso y por otro lado no puede haber repeticiones en las líneas de colores. Eso es todo. Hay un nuevo juego a diario, como en el Wordle, así que tienes entretenimiento en cómodas dosis.

Daniel Hooper, su creador, explica en la página no solo las reglas sino también el cómo se diseñó el juego, tanto para crear las zonas agrietadas y que visualmente resultaran 9 zonas de 9 casillas como para aplicar un generador numérico de posiciones que diera con soluciones válidas. El mejor método que encontró fue ir rellenando al azar y probando para evitar «conflictos», volviendo atrás hasta que se daba con una solución válida.

Relacionado:

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD